5.1.10

El día de la Marmota

El dia de reyes es siempre un día mágico. Cada año es distinto y te sorprende. Y a pesar de lo que te dijeron tus padres siempre mantienes la ilusión y te revuelves en la cama con nerviosismo la noche anterior. Pero a pesar de las novedades todos los años se repite el mismo guión, como Atrapado en el tiempo, aquella película protagonizada por Bill Murray.
Todo empieza la noche anterior. Mi hermano pone todas las alarmas de todos los relojes habidos y por haber a las 9:00. El día 6 cuando suenan todas las alarmas con estruendo mi hermano pequeño se levanta con agilidad de la cama y nos despierta a todos, por si las alarmas no han surtido efecto. Él se pone al filo de las escaleras y encabeza la procesión en dirección al comedor. Abrimos la puerta y con ilusión corremos a destapar nuestros regalos. Sabemos cuales son los nuestros porque tenemos una zona con un cartelito con nuestro nombre.Los Reyes nunca decepcionan. Mientras abro el primero de mis regalos mi hermano pequeño ya ha abierto tres de los suyos y se está quejando porque no le han traido la caja de playmobils que habia pedido. Una vez que se han abierto todos los regalos mi hermano nos apremia para que nos vistamos y vayamos a casa de mi abuela materna. Nos vestimos, cojemos el roscón y salimos a la calle. Por el camino mi hermano vuelve con el tema de los regalos y le dice a mi madre:
-Alomejor en casa de la abuela me han traido los playmobils ¡Que guay!
Mi madre hace como que no lo ha oído y cuando vuelve a insistir le dice:
-¿Y tu que sabes? Los Reyes no pueden traerte de todo.
Mi hermano frunce el ceño y sigue caminando.
Cuando llegamos a casa de nuestra abuela vemos a nuestro primo jugando en la calle con un regalo que a nosotros nos parece genial, pero que por su cara, a el no parece entusiasmarle mucho.
Después de saludar a nuestra abuela y a nuestro tio vamos al salón para ver si Los Reyes han dejado algo por allí. Nunca falta un par de calcetines nuevos y un sobre con dinero. A mis espaldas escucho a mi hermano quejandose por los regalos y porque no le han traido los playmobils, mientras, mi padre coge uno de los regalos de mi hermano y le dice:
-¿Esto te lo han regalado a ti? Jo que chulo ¿no?
Pero mi hermano sigue con el ceño fruncido y mi padre desiste.
Abiertos todos los regalos nos sentamos a la mesa y nos comemos el roscón con chocolate caliente recién echo.
Con el estómago a punto de explotar recogemos los regalos, nos despedimos de mi abuela, de mi tio y de mi primo y nos vamos a casa de mi abuela paterna.
Mientras escucho la radio en el coche, me parece escuchar a mi hermano preguntarle a mi madre si los playmobils estarán en casa de la abuela.
A esa hora en casa mi abuela solo está ella y mi tía. Mis primas están en casa de su padre abriendo los otros regalos. Mi hermano, después de los saludos pertinentes se acerca corriendo a su cartelito y busca desesperadamente la caja de playmobils.
Cada uno abre sus regalos y sonríe. Los regalos siempre hace ilusión.
Son casi las 12 y mis primas todavía no han vuelto de casa de su padre. En la cocina oigo a mi padre quejarse a mi tía.
Un poco mas tarde de las una llegan mis primas cargadas de bolsas. Mi hermano corriendo se acerca a ellas, les enumera uno a uno los regalos que le han traido y les dice:
-...pero no me han traido la caja de playmobils.
Después esperamos a que llegue mi tío de Aguadulce y nos vamos todos a un bar a disfrutar de unas deliciosas tapas.
Cada año se repite la misma historia. Pero siempre hay algo que te sorprende y te hace sonreír. Es muy difícil borrar la magia.